Me cuesta mucho hacerme a la idea de que estamos en crisis. Lo digo porque, si ustedes intentan reservar algún hotel en la costa, cualquiera que sea, se encontrarán, con que, es sumamente difícil hallar plazas libres, pero lo que es peor, no han bajado el precio de las mismas.
Se siguen viendo las terracitas de la ciudad, llenas de gente, consumiendo, gastando, a todas horas "a rebosar". Los centros comerciales están "a reventar" de personas que siempre acaban comprando algo. Los precios en los restaurantes, no han bajado lo más mínimo y en las tiendas de ropa, tienen unos precios que le quitan el hipo a uno.
Paso a decirles, sea de paso, alguno de los trucos, que utilizan las tiendas de ropa, muebles, decoración y demás, para captar a los clientes y hacerles picar. Colocan en los escaparates, unos carteles llamativos, con grandes y coloridas letras, en los que se destaca que se están yendo, que cierran los pobres por liquidación y uno piensa, ¡pobriños! que no les ha ido bien ¡y claro! entramos para ver si podemos conseguir algo a buen precio y no nos damos cuenta de que, aunque pongan que lo han rebajado un tanto por ciento, resulta, que previamente, los han "inflado" con lo que al final, queda de la misma forma en que estaban.
Para colmo, cuando se han tirado varios meses utilizando esta técnica, van y ponen un cartel bien grande que dice: “NOS QUEDAMOS”.
Ahí va eso y tengan mucho cuidado, con los timos de estas tiendas, que abundan por doquier.
Les voy a contar algo muy curioso, que veo cada día con gran expectación, y es el hecho de que en la bolsa de taxis de la terminal 4, del aeropuerto de Barajas de Madrid, existe una cafetería restaurante, en la que los únicos que pueden consumir sus productos, son los taxistas y cuál fue mi sorpresa cuando al acudir a la misma para tomar algo, pensando que los precios eran sustancialmente más bajos (ya que tienen una clientela constante de unos 1500 taxistas a todas las horas del día) resulta que, todo lo contrario, que no es que los hayan bajado, sino que más bien, están bastante altos.
Si ésto no es robar, pues que venga Dios y lo diga. Me imagino cuantos negocios de hostelería, quisieran contar con esta clientela fija, todos los días del año...
Lucy y una tarde en la cocina
Hace 13 años