El comportamiento de los aficionados

martes, 20 de abril de 2010
Meses atrás, tuve la oportunidad de asistir a algún partido de futbol. No es que yo sea un seguidor de este deporte de esos que no pueden vivir, o comer, o dormir si pierden sus respectivos equipos, pero la verdad es que le voy cogiendo con el paso del tiempo, cierto gustillo, a eso de ver algún partido de mi equipo. Eso sí, siempre que lo den por abierto y desde el salón de mi casa, que es realmente donde me encuentro a gusto, o por invitación de algún amigo, a verlo a su casa.
Pero lo que quiero expresar, es mi sorpresa, cuando al asistir, como ya he mencionado anteriormente a los partidos, descubro, la falta de educación de los asistentes al campo y la falta de respeto, por los demás, al no parar de insultar a los jugadores, bien sean del equipo contrario, o de su propio equipo, si entienden que no lo están haciendo bien.
Me quedé asustado, viendo tan lamentable espectáculo y comprobando, para mi desesperación, que a la actitud impropia de estos seguidores, les acompañaba la mirada de aprobació9n de muchos de los niños que acudieron al campo, para ver las jugadas de su amado equipo.
Cuanto nos queda por aprender de los comportamientos de otros seguidores en otros deportes, como por ejemplo en el tenis.
Un poquito de por favor.
Les ves, cómo se insultan, entre ellos mismos, acuden al campo, muchos de ellos con alguna cerveza de más y luego nos extrañamos que se monten peleas dentro del campo de futbol.
Enseñemos a los niños otros valores, cómo son el respeto por los demás y la buena educación.

4 comentarios:

JCR dijo...

Tiempo sin tener oportunidad de leer tus artículos, me alegro ver una nueva publicación.
El campo de juego es un lugar para desahogarse, quitarse ataduras, liberar tensión, pero cierto que no es el lugar más adecuado para un crio, parece que dentro del estadio se puede decir de todo, como si te confesaras y quedaras libre de pecado.
Un fuerte abrazo.

Rosa dijo...

y que partido fuiste a ver, si puede saberse ?? ... si estaban tan furiosos, seria el del Madrid vs Barça... no ?? que el resto que han pasado por el Bernabeú hemos dado buena cuenta... je je.

Un abrazo

TheThinker dijo...

Yo soy de las que piensan que el ser humano en el fútbol y tras el volante de un coche se transforma. Es curioso escuchar esas palabras tan melódicas que salen de esas dulces boquitas. En fin, que la educación, el respeto y el sentido común se difumiman bastante en ambas situaciones. Es mejor ir en bici e ir a jugar al fútbol con los niños al parque, ahí es donde realmente el buen ánimo y humor se despiertan.

Anónimo dijo...

El señor Óscar Novo (en adelante señor Novo) nos relata una reflexión sobre educación y violencia.

El tanteo, aunque trillado, es audaz; el resultado, por extraviado, no.

El señor Novo ha cometido la audacia de cometer algunos errores sino crasos, sí vanos (la cacofonía es pertinente.

Nosotros, fútiles y frenéticos desde la profundidad de nuestra caverna de iletrados, no se lo vamos a tolerar.

Al señor Novo parece deleitarle la parte más cursi de su propio discurso, verbigracia: el binomio educación-futbol. Su argumento ya ha sido repetido por otros: «La educación es la vacuna contra la violencia».

Nosotros, empero, vindicamos la de nuestro viejo maestro (Pitágoras): «Educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida».

He ahí lo que el señor Novo no parece comprender: el futbol es una lucha (a punto he estado de intercalar la palabra metáfora), la lucha por la vida. Un trasunto de victorias, de guerras, de dominios, de humillaciones implacables y de euforias insolentes. De ahí su insoportable elocuencia.

Pero no es nada de esto lo que nos ha movido a la réplica, no.
Lo que en verdad nos ha movido ha sido la patética alusión al tenis.

¿Qué es esto, señor Novo?

¿Es una aforismo, una nonada, acaso una desesperada antítesis literaria?

La casi intolerable alusión a estas manidas comparaciones desalentaría a más de uno. El señor Novo persiste, empero. Aduce con desparpajo y sin hesitación en compararlo con el tenis. ¡El tenis!

Y esto ya es demasiado.

Al tenis el señor Novo enfrenta la brutalidad del fútbol.

Verdad de Perogrullo.

Argumentos de cagaliendres y pusilánimes.

¿Lo es usted, señor Novo?

No lo creemos.

¿Entonces cómo es que no lo sabe…?

… Que el futbol tiene algo, perdón mucho, de furor atávico, de supervivencia y superación, de hombres que creen en valores hoy muertos como la valentía y el pundonor. Un trasunto de victorias, de guerras… (¡Acaso hemos de repetirlo!...) El tenis es tan sólo una delicadeza desaforada, un ir y venir sin ton ni son como el giro de algunos planetas sin vida y sin propósito, como no sea el de distraer la banalidad de este mundo.

Nos ha decepcionado un poco señor Novo. No vuelva a hacerlo. No vierta tautologías y nosotros no le fregaremos con nuestra pedantería y nuestra fatuidad. El trato no es justo, pero alguien ganará con él. Mucho nos quedamos en el tintero. Otra vez será.

Nos ha informado de que es taxista. Nos atrae ese mundo, no para ejercerlo sino para soñarlo. Desgrane para nosotros anhelos y manías a bordo. Nada nos cuesta imaginar al señor Novo abriendo la puerta de su taxi como un mistagogo que ofreciera la entrada a un viaje iniciático, de conocimientos y posibilidades. Ojalá nos lo cuente.

Ojalá los dioses bendigan su perspicacia no menos que su inspiración.

Nosotros, abyectos en la profundidad de nuestra caverna, prometemos ponderarle o refutarle sin piedad pero sin pausa.

Esto dejamos escrito para la Posteridad o el Olvido antes de que el polvo de nuestros huesos se confunda con la tierra (la madre Tierra), en el año 2010 de la era cristiana, del 5770 de la era judaica, del 1431 de la Hégir.

Asmodeus
(Nemo me impune laccesit)

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