No estamos en crisis

lunes, 5 de julio de 2010
Me cuesta mucho hacerme a la idea de que estamos en crisis. Lo digo porque, si ustedes intentan reservar algún hotel en la costa, cualquiera que sea, se encontrarán, con que, es sumamente difícil hallar plazas libres, pero lo que es peor, no han bajado el precio de las mismas.
Se siguen viendo las terracitas de la ciudad, llenas de gente, consumiendo, gastando, a todas horas "a rebosar". Los centros comerciales están "a reventar" de personas que siempre acaban comprando algo. Los precios en los restaurantes, no han bajado lo más mínimo y en las tiendas de ropa, tienen unos precios que le quitan el hipo a uno.
Paso a decirles, sea de paso, alguno de los trucos, que utilizan las tiendas de ropa, muebles, decoración y demás, para captar a los clientes y hacerles picar. Colocan en los escaparates, unos carteles llamativos, con grandes y coloridas letras, en los que se destaca que se están yendo, que cierran los pobres por liquidación y uno piensa, ¡pobriños! que no les ha ido bien ¡y claro! entramos para ver si podemos conseguir algo a buen precio y no nos damos cuenta de que, aunque pongan que lo han rebajado un tanto por ciento, resulta, que previamente, los han "inflado" con lo que al final, queda de la misma forma en que estaban.
Para colmo, cuando se han tirado varios meses utilizando esta técnica, van y ponen un cartel bien grande que dice: “NOS QUEDAMOS”.
Ahí va eso y tengan mucho cuidado, con los timos de estas tiendas, que abundan por doquier.
Les voy a contar algo muy curioso, que veo cada día con gran expectación, y es el hecho de que en la bolsa de taxis de la terminal 4, del aeropuerto de Barajas de Madrid, existe una cafetería restaurante, en la que los únicos que pueden consumir sus productos, son los taxistas y cuál fue mi sorpresa  cuando al acudir a la misma para tomar algo, pensando que los precios eran sustancialmente más bajos (ya que tienen una clientela constante de unos 1500 taxistas a todas las horas del día)  resulta que, todo lo contrario, que no es que los hayan bajado, sino que más bien, están bastante altos.
Si ésto no es robar, pues que venga Dios y lo diga. Me imagino cuantos negocios de hostelería, quisieran contar con esta clientela fija, todos los días del año...

Las motos

Día tras día, me encuentro por las calles de mi ciudad, o bien por las carreteras, un montón de motos que me adelantan, sin respetar, ni los límites de velocidad, ni la distancia de seguridad y lo que es peor, por el lado derecho, poniendo en peligro la integridad del resto de conductores.
Es curioso, cómo tenemos que ver y escuchar las campañas que hace tráfico, para que tengamos en cuenta que no estamos solos en la carretera y que también circulan las motos, pero yo me pregunto ¿Por qué no se hacen campañas para concienciar a los motoristas de que respeten las normas de circulación? Tal vez de esa manera, no habría que poner protecciones en los quitamiedos, ya que de esa manera, se reducirían drásticamente los accidentes de circulación de los mismos.
Es cierto, que hemos conseguido que se pongan el casco, pero ¿cuánto tiempo necesitaremos, para meterles en sus "duras cabezas", que es muy importante respetar, no ya solo, las normas de circulación, sino al resto de los conductores?.
Pareciera, leyéndome, que tengo algo en contra de los motoristas, nada más lejos de la realidad, ya que por otros lado, podría decir lo mismo de los conductores de coches, pero me toca la fibra sensible y se me activan los neurotransmisores del miedo, cuando circulando en compañía de mi familia, estas personas, ponen en riesgo la vida de mis seres queridos.
Un poquito de por favor, que ustedes, tampoco circulan solos por las carreteras y las ciudades.

Las huelgas

Ya es verano y, como siempre, llegarán las temibles huelgas de los trabajadores de los transportes, bien sea por carretera, aire o ferrocarril.
Hemos empezado por la de los trabajadores de Metro, que dicho sea de paso, no quiero relacionarla con las que sufrimos todos los años, pero que ha dado el pistoletazo de salida, para que comiencen las demás.
Año tras año, observamos como un grupo de personas, tienen en sus manos, el futuro y destino de nuestras vidas. Si se lo proponen y créanme, que es así, "nos martirizan", hacen que comencemos las vacaciones con estrés, angustiados, perdiendo tiempo y dinero, que nadie nos repondrá nunca jamás... Y encima agradecidos cuando, tras martirizarnos todo lo que pueden, deciden que ya es hora de volver a la normalidad, dado que han conseguido que les suban el sueldo lo que ellos quieran y además, seguramente, una serie de beneficios de los que antes no disfrutaban y de los que no disfrutaremos el resto de los mortales.
Mucho me temo, que tras la huelga de Metro, vendrán la de los pilotos de aviones “que los pobres, no llegan a final de mes” y una vez finalice ésta, se unirán los conductores de autocares de larga distancia y los de los trenes de largo recorrido, que si no, ésto no funciona.
En fin, les deseo unas felices vacaciones y que no se las compliquen demasiado.

Las vacaciones

Llegan las vacaciones de verano y como de costumbre, la tan ansiada búsqueda de un lugar donde pasarlas y disfrutar de los nuestros y de un merecido descanso.
No se puede generalizar sobre las vacaciones, ya que cada uno se las monta de una manera diferente al resto. Los hay que, de antemano, tienen reservado el apartamento de turno, ése al que están acostumbrados a ir cada verano y que hace que se sientan cómo en su segunda casa. Ha llegado un momento, que de tanto ir al mismo sitio, terminan por conocer a todos los vecinos, que cómo ellos, veranean en su misma zona y ,de paso, a todos los comerciantes y camareros que les atienden cada año.
También tenemos, a las personas que les gusta, conocer sitios nuevos cada verano y aprovechan la ocasión, para hacer un poquito de turismo y disfrutar de algo diferente. Aunque sean las vistas y costumbres del lugar.
También tenemos, a los que se preparan el viaje con tanta meticulosidad, que parecen militares. A tal hora ésto, tal día lo otro y de camino, no podemos dejar de ver, tal cosa o tal sitio. Y deprisa a la hora de ir al cuarto de baño, que se nos descuadra todo y luego hay que recuperarlo.
Luego están, los que les gusta salir al extranjero, que queda "muy chic" y que te enseñan, cómo son las culturas de otros países, que siempre está muy bien y ,de paso, nos muestran lo cara que está la vida por esos lares.
Yo soy partidario de todo un poco, disfrutar de un sitio fijo, donde sé, a qué me expongo y de antemano, sé donde moverme, pero también soy partidario, de salir a conocer otros países, que hacen que me maraville de los paisajes que tienen y de la forma de comportarse de los habitantes de los mismos. Eso sí, sí quiero estar completo, a la hora de disfrutar de mis vacaciones, aparte de estar con mi familia, que son lo que más quiero de este mundo, necesito que donde vaya, haya unos buenos centros comerciales, donde poder satisfacer mis necesidades consumistas.
Cómo podréis observar, éste que soy yo, pertenezco a otro tipo de personas diferente de las anteriormente mencionadas ¡y que bonita es la diversidad!.
Venga todos, ¡a preparar las maletas y a no dejar nada en casa!

Estoy alucinado

sábado, 1 de mayo de 2010
Felicidades a los supermercados, que se encuentran en los aledaños de la ciudad universitaria de Madrid, porque han conseguido, que casi, la totalidad de los estudiantes, si es que se les puede llamar así, no lleven en sus manos, o colgados de sus hombros en mochilas, lo que deberían ser los libros, que el día de mañana, les proporcionen una formación adecuada, para poder enfrentarse a la jungla, que es la lucha por conseguir un buen puesto de trabajo. Lo que han logrado es tener una facturación importantísima, gracias a la venta de alcohol de todos los tipos, ya no necesitan vender ningún otro producto, distinto de los mencionadlos, porque a poco que lo pensemos, con toda la clientela potencial de la que disponen y que se acerca a sus locales, no necesitan de nadie más.
Es lamentable, cómo se les ve, con las manos llenas de bolsas de esas marcas, repletas de botellas de vino, cola, whisky, cerveza y sobre todo, hielo, mucho hielo.
Yo me pongo a pensar en todas esas personas que conozco y que sé de buena mano que han dado el callo duran te toda su vida académica y que no se permitieron una distracción, para poder conseguir un buen trabajo el día de mañana y aún así les ha costado lo suyo, así que no entiendo qué futuro les espera a todos estos chavales que un jueves por la tarde ye están dando al alcohol desde edades tan tempranas.
¿Qué futuro creen que les espera? A lo mejor al ver que no tienen ninguno y por descontado que no tienen espíritu de sacrificio y superación, no ven otra salida que matar el tiempo con alcohol en su interior, que al menos les harán ver la realidad distorsionada debido a sus efectos alucinógenos.

El comportamiento de los aficionados

martes, 20 de abril de 2010
Meses atrás, tuve la oportunidad de asistir a algún partido de futbol. No es que yo sea un seguidor de este deporte de esos que no pueden vivir, o comer, o dormir si pierden sus respectivos equipos, pero la verdad es que le voy cogiendo con el paso del tiempo, cierto gustillo, a eso de ver algún partido de mi equipo. Eso sí, siempre que lo den por abierto y desde el salón de mi casa, que es realmente donde me encuentro a gusto, o por invitación de algún amigo, a verlo a su casa.
Pero lo que quiero expresar, es mi sorpresa, cuando al asistir, como ya he mencionado anteriormente a los partidos, descubro, la falta de educación de los asistentes al campo y la falta de respeto, por los demás, al no parar de insultar a los jugadores, bien sean del equipo contrario, o de su propio equipo, si entienden que no lo están haciendo bien.
Me quedé asustado, viendo tan lamentable espectáculo y comprobando, para mi desesperación, que a la actitud impropia de estos seguidores, les acompañaba la mirada de aprobació9n de muchos de los niños que acudieron al campo, para ver las jugadas de su amado equipo.
Cuanto nos queda por aprender de los comportamientos de otros seguidores en otros deportes, como por ejemplo en el tenis.
Un poquito de por favor.
Les ves, cómo se insultan, entre ellos mismos, acuden al campo, muchos de ellos con alguna cerveza de más y luego nos extrañamos que se monten peleas dentro del campo de futbol.
Enseñemos a los niños otros valores, cómo son el respeto por los demás y la buena educación.

Que empiece la competición

domingo, 4 de abril de 2010
Es curioso, cómo cuando uno cree, que ha terminado con todo eso de los trabajos manuales, que nos mandaban en el colegio, pues resulta, que volvemos a empezar, porque nuestros hijos, vienen a casa con un montón de tareas, que sus profesores, se empeñan en que hagamos nosotros y no ellos.
Y aquí, es donde descubrimos, que nos sale la vena competitiva y nos esforzamos, por qué los trabajos que les han mandado, sean poco menos que obras de arte.
Al principio nos quejamos, de que siempre están mandando demasiados trabajos, pero cómo al final, no nos queda otra que hacerlos, pues nos esmeramos, para que el de nuestro hijo, sea el mejor.
Y uno podría pensar, pues que lo hagan los niños, que para eso se lo han mandado a ellos, pero si nos fijamos bien, descubriremos, que no puede ser, porque les dicen, que utilicen una serie de técnicas, como por ejemplo, el de la costura, que ya me dirán a mí. Cómo no sea que el chaval, nos haya salido un superdotado y haya nacido con la predisposición para hacer el punto de cruz, pues no veo yo, cómo va a poder hacer el dichoso trabajo.
Y llega el día de llevar los trabajos al colegio, pero cómo uno sea un poco torpe, se puede morir de la vergüenza, ya que hay trabajos, que parece que los ha hecho un profesional del marketing.
Recuerdo una vez, que mi hijo tenía que hacer al gallo Kiriko, comiendo semillas, de entre la caca y cuando lo llevamos al colegio, yo no hacía mucho por mostrarlo, porque, cuando empecé a ver los gallos de los demás, comprendí, que habían ganado la primera competición, pero no me preocupé mucho, porque quedaban muchas más, como por ejemplo, la de hacer pasteles, bizcochos y llevar el mejor aperitivo para los niños, cuando es el cumpleaños de uno de ellos.
También están las celebraciones de las fiestas de cumpleaños, que cada uno, intenta que sean mejor, que la de los niños que han celebrado antes las suyas.
Esperemos, que impere la cordura y dejemos que las cosas, se sucedan de una manera normal y que los niños tengan cosas a sus alrededor que les hagan disfrutar de la infancia. Y esperemos que los trabajos que se les manden, aunque sean para compartir un tiempo con los padres, que puedan hacerlos ellos, por sus propios medios, aunque necesiten la ayuda puntual de los padres.

Los "descampaos"

Antiguamente, existían unas cosas llamadas “descampaos”, pero que para las nuevas generaciones, no existen.
Pero que yo pretendo, que comprendan lo que eran y el bien que hicieron por nosotros, sus padres.
Hoy en día, es impensable encontrar uno en alguna ciudad, más o menos con pretensiones de crecimiento y con la avaricia de los mandatarios de por medio, menor es la posibilidad si cabe.
Les cuento esto para que intenten hacer el pequeño esfuerzo, junto a sus hijos, de enseñarles aquellos juegos que, a nosotros tanto nos gustaban y que hacían que pasaran las tardes entre risas y juegos.
¿Se acuerdan de cuando jugábamos a las chapas, poniéndoles las caras de los ciclistas en su interior y con nuestras manos hacíamos el recorrido de lo que iba a ser la gran etapa, y de cuando jugábamos por la acera con esas mismas chapas, sin salirnos del bordillo, hasta llegar al final de la calle?
Recordarán cuando jugábamos a los cromos de futbol, tirándolos desde la fachada de una pared, o a la peonza, o a las canicas, practicando un simple agujero en el suelo.
Lo digo, porque, me da la sensación de que estamos dejando a nuestros hijos, en manos de las nuevas tecnologías y evitando que se relacionen con otros niños para jugar a esos juegos, que tanto nos gustaban y que realizábamos, muchos de ellos en los descampaos que se encontraban a nuestro alrededor.
Tiremos unos cuantos edificios y dejemos que los niños los ocupen con su imaginación.

El parque del olvido

Recientemente me he sacado el abono anual del Parque de Atracciones de Madrid y cuál fue mi sorpresa, al acudir por primera vez al mismo, cuando descubrí, que todas aquellas atracciones, de las que disfrutaba cuando era niño y no tan niño, han desaparecido, para mi frustración.
Estoy tremendamente decepcionado, no ya por no encontrar aquellas atracciones, sino, porque han dejado más o menos la mitad de las que había y de ellas, sólo funcionan unas pocas, pues a pesar de que estamos a las puertas de que la gente acuda en tropel al parque, muchas de ellas están cerradas por reforma.
Por lo tanto, he sacado un abono anual para un parque del que tan sólo voy a disfrutar, cuando lleve a mi hijo a la parte que han destinado para los niños.
Tengo unos amigos, con los que ido al parque y también al de la Warner y en las dos ocasiones me han dicho, que el parque que se encuentra en Salou, les da mil vueltas a estos dos y qué razón tenían cuando reflexionando un poco, me decían que no entienden cómo una ciudad como ésta, que es la capital de España, no disponga de un parque en condiciones, más teniendo en cuenta la de turistas, que acuden a la ciudad y más con el buen tiempo.
La parte positiva, es que nos regalaron unas entradas para ir a Faunia, que se ve, que tenían claro que nos iba a decepcionar el parque y así de esa manera lo llevaríamos mejor.
Lo bueno que tiene el parque, es que es de los pocos sitios, que te permiten meter algo de comida y puedes hacer una pequeña merienda, cómo si estuvieras en el campo y además hay mucho sitio para aparcar el coche y no te cobran por ello.
Señores responsables del parque, intenten invertir algo de dinero en el mismo para que los madrileños y los que no son de aquí, “que me consta que los hay y son muchos” podamos disfrutar de un parque a la altura de esta gran ciudad.
Gracias.

Si yo mandara

domingo, 28 de marzo de 2010
Si yo mandara, intentaría que cuando llueva, no tuviera nadie el problema de intentar visualizar las líneas de la carretera, ya que, con la lluvia, no se ven. Pondría una pintura reflectante, que no impidiera que se vieran las líneas.
Si yo mandara, intentaría que todas aquellas personas, que cuando nos tenemos que dirigir a ellas, para que nos hagan alguna gestión y no prestaran toda la atención necesaria en ello, se les despediría sin ninguna contemplación y de esa manera, nos fuese a todos, mucho mejor.
Si yo mandara, haría que el “espabilao” de turno, que se encarga, de enviar las fotos, que se toman a través de las cámaras, que se ponen en barrios, en los que sólo pueden pasar residentes y vehículos de servicio púbico, fuera a la calle, cuando tras comprobar, que el vehículo de la foto es de servicio público y aún así lo envía, con la consiguiente denuncia.
Si yo mandara, evitaría que se pidiera una fortuna, cuando vamos a comprar un piso, si no cumpliera con unas normas mínimas de estética, ya que por lo que piden, que menos que se esmeren un poquito y hagan bonitos los edificios y siguiendo siempre un mismo patrón arquitectónico, para no tener que avergonzarse, cuando uno va por la periferia y ve esos mostrencos cuadrados, de ladrillos rojos.
Si yo mandara, haría que todas esas personas, que llevan los perros sueltos, cuando saben "de sobra" que está prohibido, se les retirara la custodia de los mismos por un tiempo y se les pusiera multas ejemplarizantes... de la misma forma, haría con los que no recogen los excrementos de los perros.
Si yo mandara, pondría a la salida de discotecas, salas de fiesta y restaurantes, controles de alcoholemia, para que no tuviéramos los demás conductores, que encontrarnos con estas personas, que ponen en peligro nuestras vidas y la de nuestros hijos.
Si yo mandara…

La telebasura

miércoles, 10 de marzo de 2010
Creo que no soy el único, al que le molesta ver, lo que se está poniendo en las televisiones, día tras día.
Nos están comiendo el coco, siempre con la misma basura. A las amas de casa les tienen comidito el tarro con las telenovelas, que por cierto, vista una, vistas todas y las tienen tan contentas. Siempre pendientes de la hora a la que van a empezar, para programarse el día de tal manera, que no tengan algo que hacer, cuando sea el momento de que pongan alguno de estos comecocos.
Por otro lado, si se tienen que ausentar del domicilio, no os preocupéis, que ya aprenderán a programar el aparato de turno, para que cuando lleguen, puedan engancharse a ver esa porquería con la que les están lavando el cerebro.  Eso si, el gobierno tan contento, porque así no les da por pensar en los problemas que hay en esta vida.
Luego están esos programas del corazón en los que están viviendo del cuento, una serie de personas desde hace muchísimos años y siempre son los mismos. A ver, me contarán que tiene que ofrecer Belén Esteban a esta sociedad. Pues lleva ya un puñado de años hablando de los mismo ¡ENTIENDES! Es más, hasta le dan la oportunidad de dar las campanadas de navidad. Y no hay nadie que la quite de la caja tonta, porque hay un montón de gente, con la cabeza con muchos espacios libres en su interior, a las que se les puede rellenar con las historias de gente cómo la mencionada.
El caso, es que cada vez, hay más programas de este tipo y siempre con las mismas personas, que se van cambiando de cadena y que lo único que tienen que hacer, es exponer sus miserables vidas delante de los demás, para que haya alguien que les pague por ello.
Pero ellos, no tienen la culpa, más bien diría yo, que son bastante listas, por aprovecharse de ello, porque al otro lado de la caja tonta, hay seres tontos, a los que les interesa lo que tengan que decirles y en el lado opuesto hay una serie de personas, que les pagan por ello. Y luego la gente formándose para tener un buen trabajo y si se hacen médicos, por ejemplo, para salvar vidas, que tontería, prepararse tanto, para que luego haya un tipo de personas, que sin preparación ninguna, ganen más dinero que un profesional que tiene una responsabilidad muy grande en el trabajo.
Un poquito de por favor, que se les van a destruir las pocas neuronas que les quedan.

Los abuelos ocupados

Que importantes son los abuelos y que poco los tenemos en cuenta, a no ser que les necesitemos para alguna cosa, cómo que nos echen una mano, con los niños, o para que nos acompañen a hacer alguna gestión.
Es triste decir esto, pero al paso que vamos, si no es por ellos, nos iría mucho peor, porque hoy en día, necesitamos trabajar los dos, para poder afrontar todos los gastos que tenemos, ya sea, pagar la hipoteca, el colegio de los niños, los seguros del hogar y los coches y todo lo que conlleva la vivienda (recibos de agua, gas, luz, teléfono, comunidad, etc …)
Recuerdo, que cuando tuvimos a mi hijo, gracias a los abuelos, pudimos seguir trabajando, siguiendo con nuestras vidas cómo si nada, porque los abuelos preparaban comidas para todo el mes y luego las congelaban, llenándonos los cajones de la nevera hasta arriba, también llevaban al niño a la guardería y lo recogían. Que el niño estaba enfermo, pues se ocupaban de llevarlo al médico.
En fin, que son todo ventajas. Yo sé que la gente no suele reconocer esto que les estoy contando, porque es mejor criticar a los suegros, mejor dicho a la suegra, pero no seamos hipócritas y reconozcamos su labor, que es muy importante y si queremos que la juventud siga teniendo descendencia, no nos queda otra que tirar de los abuelos.
Por otro lado pienso que nos estamos aprovechando de ellos, que ya han criado a sus hijos y que no tenemos derecho a abusar de esa manera, pero no nos equivoquemos, o lo hacemos así, o no tendremos más hijos, en un país, en el que cada vez hay más mayores.
Un recuerdo muy especial para todos los abuelos, que se sacrifican, para que sus hijos puedan seguir trabajando y además les enseñan cosas y les cuentan historias, que luego ellos recordarán cuando sean mayores y que a su vez trasmitirán a sus hijos.
Gracias abuelos.

Es genial ser adulto

lunes, 8 de marzo de 2010
Si, ya sé que ser adulto conlleva muchas obligaciones, preocupaciones, cargas familiares, laborales, pagos, hijos, quehaceres diarios y una serie de cosas, que hacen que siempre, tengamos que comportarnos, cómo personas locuaces, serias, responsables y que siempre parece que estemos enfadados. Nos hemos convertido en lo que eran nuestros padres, cuando tenían nuestra edad.
Todo esto es ser adulto, pero hay una cosa, o mejor dicho, una serie de cosillas, que hacen que merezca la pena, pasar de la niñez, pubertad con la tontería incluida, a ser esas personas, que trabajarán el resto de sus vidas y por lo que se les recompensará, con una cosa llamada sueldo, e incluso con unas cosas geniales llamadas “pagas”. Lo que merece la pena de todo esto, es que, cuando nos venga en gana, podremos comprarnos todas esas cosas, que cuando éramos pequeños, no podíamos, porque teníamos a nuestros padres, siempre con el “no” en la boca. Era increíble, parecía que incluso antes, de que acabaras de decir que querías algo, ellos ya te habían plantado el “no” por delante.
¡Mira que si les dices que te quieres parecer a ellos!
Pues eso, que ahora vas por la calle y ves ese juego de coches que siempre quisiste tener cuando eras pequeño y entras a la tienda y te lo compras, además, tienes la excusa de que es para jugar con tu hijo.
El otro día empecé una colección de cromos de futbol y cuando ves que te quedan unos pocos para acabarla, ¿qué vas a hacer, comprar más sobres, para ver si la acabas y que se sigan repitiendo siempre los mismos cromos? Pues no, vas y le dices al niño de turno, que si te consigue los cromos que te hacen falta, le das un dinero para que se compre chuces y le salgan granos en la cara.
¡A que mola ser adulto!

Una buena idea

A ver, todos hemos oído hablar acerca de tiendas, en las que hay chollos de determinados productos. Siempre hay alguien, que nos dice que hay un sitio, al que merece la pena ir, para comprar no se qué cosa, porque es más barata que en otros sitios a los que estamos acostumbrados a ir, para descubrir que son carísimos, o que no están al alcance de nuestros bolsillos.
Yo lo que propongo, es que alguien, se encargue de que se cree una de esas páginas de internet, de una forma altruista, para que en ella se vuelque toda la información en lo que a chollos se refiere. De esa manera, nos podríamos aprovechar todos, de esas gangas, e iríamos a cosa hecha, sin necesidad de tener que patearnos un montón de lugares, bien a pie, o bien en nuestro coche, para ver si nos podemos ahorrar unos euros.
Empezaré por decirles que en mi barrio hay un sitio, en que encuentras colchones al 80% de descuento, con relación al precio que nos piden en las tiendas especializadas.
También he podido comprobar, cómo comprando a través de internet, se pueden encontrar precios de ruedas, para el coche, a un precio razonable, incluso por la mitad, de lo que han pretendido cobrarme en las tiendas, que se dedican a la venta de las mismas.
Imaginaos, lo que sería, que cuando quisiéramos comprarnos un coche, no tuviéramos que recorrernos los 5 ó 6 concesionarios de turno para negociar una rebaja mínima, que por otro lado, nos estamos gastando al utilizar nuestro coche para desplazarnos hasta los concesionarios, por no hablar del tiempo que destinamos a esto, que no está pagado con dinero.
Seamos solidarios y colaboremos entre todos, para de esta manera, hacer que el resto de los negocios, bajen los precios y no intenten robarnos con esos precios abusivos, a los que a muchos de nosotros, nos ponen los pelos como escarpias.
Imaginar, que hubiera personas, que se conformaran con ganar lo suficiente, sin tener que exprimir los bolsillos de los que vamos a utilizar sus servicios y que todos tuviéramos dinero en el bolsillo y saneadas nuestras cuentas, porque todos tendríamos posibilidad de ahorrar, mes a mes, parte del sueldo que ahora nos gastamos e hipotecamos durante muchos meses.
Que los que entienden de informática, hagan algo por solucionar este tema.
Gracias. ¡Qué vida!

Los apropiadores de historias

No sé, si conocerán a alguna de las personas que les voy a describir, pero yo conozco algunos casos y de verdad, que es para preocuparse y quedarse helado, cuando uno escucha lo que sale de sus bocas.
Suelen ser personas, que deben de tener un defecto de fábrica en su interior. Todos solemos, “cuando contamos historias, o alguna cosa que nos ha pasado, o que hemos visto o escuchado”, exagerar de alguna manera y magnificar lo que queremos contar a otras personas, para de ésa manera sentirnos más importantes.
Pues lo dicho, que conozco algunas personas, que cuando estás con ellas, se ponen a contar historias, que generalmente, siempre son las mismas y que no se dan cuenta, de que te les han contado hasta la saciedad, porque yo imagino deben ser personas, que no deben tener muchos amigos y a los pocos conocidos que tienen, les ponen en el aprieto de tener que escucharlas día sí, día también.
Y claro, ¿qué haces? ¿Les dices que ya te lo han contado y te arriesgas a que se sientan ofendidos y dejen de hablarte, “que por otro lado, no estaría mal”, o por educación, te callas y sigues aguantando la pesadilla en la que te meten sin tú quererlo?
Pero todavía hay un tipo más preocupante de individuos que se engloban en este tipo, del que les estoy hablando y son aquellos que se apropian de las historias de los demás, cómo si les hubiera pasado a ellos. Esto me ha pasado en muchas ocasiones y doy gracias a que he tenido a personas cerca de mí, que se han quedado sorprendidos al escuchar de la boca de estas personas historias que me3 han pasado a mí y que al retirarse ésta persona, me han hecho el comentario de ¿pero te has dado cuenta de lo que ha dicho? Si eso te pasó a ti.
En fin, cómo en este mundo tiene que haber de todo en la viña del señor, dejemos que sigan con sus fantasías y que nos sigan dando la lata con historias que en muchos casos, las conocemos de sobra porque nos han pasado a nosotros, pero que por otro lado, las escucharemos de una manera diferente, ya que la van a contar de manera tal que parezca que les ha pasado a ellos y siempre la van a exagerar todo lo que puedan, dentro de unos límites normales, claro.

Las colas

miércoles, 3 de marzo de 2010
Es curioso, pero tengo el convencimiento de que a todos les ha pasado alguna vez y sabrán muy bien a que me refiero con lo que les voy a contar.
Todos hemos sufrido interminables colas, para acceder a algún sitio en el que estuviéramos interesados, Cómo estamos bastante tiempo en la misma, nos da por mirar a los demás y examinarlos de arriba abajo. Les criticamos en nuestro interior, pero de lo que estamos muy atentos, es del hecho de que no se cuele nadie. Eso, podría provocar un cataclismo. Todos empezarían a gritar y protestar, con lo que la persona en cuestión, tendría que hacer frente a una situación muy desagradable.
Todo esto, siempre suele pasar de la manera que les acabo de describir, siempre desde el punto de vista de las personas que no están al comienzo de la cola. Pero la cosa cambia, cuando nos encontramos de los primeros en la misma. Todo adquiere una importancia extrema y se hacen marcajes al hombre, casi cómo en el futbol.
El otro día, madrugué para ir a hacer una gestión a la administración y llegué con dos horas de antelación. Era el sexto y estaba bastante contento, si es que se puede estar contento de tener que estar de pie durante dos horas hasta que abran las puertas.
Pero en fin, es lo que hay. Y hay es a donde voy, todos pendientes unos de los otros. La gente va llegando y van pidiendo la vez. Todo marcha bien, hasta que llega el de turno, que no pide la vez y todos nos miramos, con una complicidad, cómo dando a entender con la mirada que si intenta colarse, le linchamos. Luego, mas tarde, después de que haya llegado esa persona, llega otra que si que pide la vez y todo se vuelve a aclarar, pero esto suele suceder unas cuantas veces a lo largo de la espera.
Otro punto a tener en cuenta es el de ir colocándonos al lado de la puerta, de forma que nadie se intente colar por delante de nosotros, pero ahí, es cuando la persona encargada de abrir las puertas, decide que la mejor manera de destrozar todos nuestros esfuerzos por que todo esté controlado, se lo carga, ya que decide abrir una puerta distinta de la que nosotros creíamos.
Otra cosa que se suele hacer durante el rato de espera, es intentar ver por encima de los hombros de las personas que están leyendo el periódico y que nosotros no llevamos, para no tener que andar cargando con más de lo que creemos que podemos tener en las manos. También están los que fuman, que al principio, de vez en cuando, salen a fumar un cigarro, pero cuando se acerca la hora de que abran, aunque falten 45 minutos, estos ya ni se mueven aunque se estén fumando por dentro.
¡Qué curiosas son las colas!

Me acuerdo mucho de tí

sábado, 27 de febrero de 2010
Hoy es uno de esos días en que he vuelto a pensar en ti, abuela. Te echo mucho de menos, pienso en ti muchos días y echo en falta aquellos veranos en los que me mandaba mi madre al pueblo para que pasara el verano a tu lado y al del abuelo. El abuelo sigue más o menos igual, tiene sus achaques, pero ya sabes que siempre ha sido una persona muy fuerte y que puede con todo lo que le echen. Últimamente, se encuentra un poco decaído, creo que es porque te echa de menos, al igual que los demás.
Recuerdo aquellos veranos en que compartía mis vacaciones con vosotros y cómo me preparabas los dulces, que dentro de tus posibilidades podías hacerme. Recuerdo las natillas que hacías, que eran tantas, que ni yendo todo el pueblo a casa, podrían acabar con todas. Recuerdo, que te gustaba escribir poesía y hoy en día estoy intentando recuperar parte de esos textos para guardarlos con mucho cariño. También me acuerdo, de cuando llegaban los reyes magos y siempre me ponías las botas de agua en la ventana para que, a la mañana siguiente me encontrara en su interior lo que buenamente podías poner, o cómo me defendías de los niños que intentaban pegarme. Te echo mucho de menos abuela. Espero que no te olvides de nosotros. A tu entierro acudió todo el pueblo y se notaba que te querían mucho.
Recuerdo, cuando hacías el jabón en casa con sosa caústica y cuando hacíamos la matanza y cómo me ponías las longanizas en la lumbre, en el interior de papeles para que se asaran y me las comiera para merendar.
Recuerdo lo mucho que me querías y lo orgullosa que estabas de mí, pero sobre todo lo que más recuerdo es que no parabas de hablar de que ibas a asistir a mi boda, de que tenías mucha ilusión en venir a Madrid para ir a mi boda y que al final no pudiste, porque tuviste que ir a hacer un viaje muy largo, del que nunca más volviste.

La corbata negra

Es curioso cómo vamos quemando etapas en nuestras vidas, pero se diferencian muy bien en pequeños eventos, a los que tenemos que asistir, bien para pasarlo bien, o cómo pretendo decirles en este artículo, para acompañar en el dolor a nuestros seres queridos, amigos, o compañeros de trabajo.
Cuando somos muy jóvenes y estamos bajo la protección de nuestros padres, asistimos con los mismos, a bodas de amigos suyos, bautizos y comuniones de los hijos que más tarde, han ido teniendo en el camino.
Pero llega un momento, en que nosotros, empezamos a hacer nuestra vida independiente y nos echamos novia/o, con la que, tendremos una serie de amigos en común. Y pasados unos años, con las ilusiones de cada uno de nosotros, llega el tan esperado momento de casarse y compartir con nuestra pareja el día a día. No somos los únicos; A su vez, el resto de las parejas, van haciendo lo mismo en diferentes años y cómo no, asistimos a las bodas de todos ellos, para compartir su felicidad, hasta que llega el momento en que todos estamos casados.
Dejamos pasar un tiempo en que, nos centramos en nuestros trabajos y en nuestras casas, disfrutando de la soledad y de momentos inolvidables con nuestra pareja.
Pero un día decidimos tener un hijo y lo mismo el resto de nuestros amigos, con lo que al poco tiempo, empezamos a asistir a bautizos y comuniones, para más tarde tener una época, en la que estaremos tranquilos, asistiendo a la magia de ver crecer a nuestros hijos y haciéndonos cada vez más mayores y en algunos casos más maduros. Obviamente sin apenas darnos cuenta de ello.
Pasada esta etapa de nuestras vidas, nos hemos convertido en lo que antes, eran nuestros padres y llega el momento en que, ninguno de nosotros, querríamos compartir con los demás, el momento en que se empiezan a morir nuestros seres cercanos; y tenemos que ponernos la corbata negra, para asistir al funeral y dar nuestro más sentido pésame, a nuestros familiares y amigos, o por otro lado, esperar a que nos lo den a nosotros.
La vida tiene estas cosas desagradables, pero demos gracias, por tener cerca de nosotros a personas a las que les importemos.

La incertidumbre

miércoles, 17 de febrero de 2010
En estos días que corren, no es difícil encontrarse con personas que lo están pasando mal, económica y personalmente. Sólo tiene uno que salir a la calle y relacionarse con los demás para comprobar esto que les cuento.
Hablas con tu jefe y te dice que los clientes que durante tantos años le han estado dando trabajo y pagando, ahora parece que no quieren saber nada de él. Se pasa todo el día haciendo llamadas de teléfono, para conseguir cómo única respuesta: “ahora no es buen momento”
Y claro cómo si para los demás lo fuera. No se dan cuenta de que si ellos no pagan, mi jefe a su vez, no puede pagar a sus empleados y demás colaboradores, que a su vez, no podrán pagar sus facturas y sus hipotecas. Y claro, los bancos no entienden de si es un mal momento, o bueno. Estos no llevan de serie la sensibilidad, ni la comprensión.
Hablas con los jefes de pequeñas y medianas empresas y no saben, si podrán aguantar un mes más. Todo esto, a su vez genera un miedo en los trabajadores de esas empresas, que día a día, van viendo lo mal que está la situación económica de su compañía y no saben si tendrán dinero para afrontar los pagos de la casa, el colegio de los niños, o las letras de todas esas cosas que se han comprado a cómodos plazos con cómodos préstamos.
Creo que deberíamos reflexionar, acerca de cómo se pagan los trabajos realizados. Propongo que por anticipado se cobre la mitad de lo presupuestado, para que así de esta manera a nadie le dé por echarse atrás a la hora de satisfacer los pagos del que ha realizado un trabajo para nosotros. Esa manera de pagar aplazadas las cosas, nos ha llevado hasta donde estamos en este momento. “Mire usted, si no tiene dinero para pagarme cuando le haya realizado el trabajo, pues entonces es mejor que no me llame”.
Por otro lado, todo esto que les cuento, tiene una doble lectura y es lo que influyen en nuestras vidas. Me refiero a que todas estas preocupaciones, se llevan a casa y se comparten con los miembros de la familia. Ni que decir tiene, que generan multitud de discusiones y malos rollos, que por otro lado, no son culpa de ningunas de estas personas, más bien diría yo del funcionamiento en que está sumergida la sociedad y que cómo último actor en esta serie, el que paga los platos rotos de una manera más cruel, es el trabajador-currito.

La creatividad

domingo, 14 de febrero de 2010
Es curioso cómo son las personas. Estas cerca de ellas durante mucho tiempo, personas con las que pasas grandes momentos, con los que compartes trabajo, familia, amistades, vecinos y no caes en la cuenta ,hasta que llega un momento determinado, de que esas personas tienen un don, cada una de ellas diferente. A unas se les da bien hacer páginas web, a otros pintar, a otros hacer cortos, o cómo es mi caso: escribir sobre diferentes cosas.
Y basta que una de estas personas saque a la luz una de sus aficiones, para que vaya descubriendo cuáles son las aficiones de los demás.
Lo que quiero decir es que las personas somos más que nuestros trabajos y nuestras rutinas diarias.
Yo empecé con el blog y ,a partir del mismo, he ido descubriendo cómo les ha picado la curiosidad a muchos de mis amigos y han ido creando sus propios blogs.
Tengo un amigo que, un día llegará muy lejos en el cine. Hace unos cortos estupendos de los que en mi blog me hago eco y en los que se puede descubrir el arte e inquietudes que tiene este cinéfilo.
Otra mención me merecen dos amigos míos, que se hacen llamar "Monk & Frames", que son unos craks. Son capaces, aparte de ser buenos amigos, de dedicar un tiempo  (que en muchos casos no tienen) a desarrollar una idea (del que les escribe)... Pues cómo les digo, dedicando tiempo a hacer una página web ...poniendo su alma y todas sus ganas por que salga bien la cosa ... puedo decir que es espectacular.
Luego tengo dos amigos más que están descubriendo la pintura y no me refiero a la que se utiliza para pintar la casa, más bien la que se utiliza para hacer óleos.
En fin, que el ser humano no deja de sorprenderme y afortunadamente para mí todos estos amigos están muy cerca  y tengo la suerte de disfrutar de su amistad.

El sombrero de paja

Habrán escuchado alguna vez: “eres como los sombreritos de paja, no vales ni para el frío ni para el calor”
Y es que hay diferentes tipos de personas en función de cómo llevan los diferentes estados meteorológicos. Me explico, a algunos les gusta el frío, van por la vida disfrutando del tiempo gélido que hace, acompañado de fuertes vientos...  y los ves y parece que ni tiritan los tíos.
Luego están a los que les gusta el calor y parece que ni sudan. Tú estás sufriendo bebiendo todo el día cosas frías que acabarán por provocarte un dolor de garganta, seguro. Son capaces de comerse un cocido madrileño cuando en el exterior están a 46 grados y se quedan como si nada, tan contentos y felices y encima te dicen aquello de que "parece que no hace demasiado calor fuera".
¿Por qué hay personas que se empeñan en llevar la contraria porque si, cuando casi el resto de la humanidad está sufriendo esos calores insoportables? Lo mismo pasa con los que les gusta el frío, que está bien que disfruten con el mismo, pero que no pretendan que nos creamos que es un frío suave, cuando tenemos las orejas que si alguien nos da un toquecito, se nos caerían.
Y luego están las personas que son como "los sombreritos de paja", que si hace frío, pues se mueren de frío y que, si hace calor, se derriten en medio la calle. Abrazan por la noche  la almohada y parece que están abrazando el radiador, no descansan (la almohada suda casi más que ellos). Abren un refresco de cola recién sacado de la nevera y a los 30 segundos está cómo el caldo. No les parece que encuentren un punto intermedio en esas situaciones. O se mueren de calor, o se mueren de frío, pero cuando peor lo pasan es cuando ven y escuchan hablar a los otros dos tipos de personas a las que parece que no les afecte la climatología.
Pero a los “sombreritos de paja” les queda solamente una cosa por la que alegrarse y es que los que están englobados en los otros dos casos, lo pasan mal cuando el tiempo no les gusta, y sólo en ese momento es cuando te sientes un poco comprendido.

Uno más de la familia

Las familias están compuestas por diferente número de personas, dentro de un mismo hogar. Siempre es susceptible de variar, pero independientemente de que número sea,  llega un momento en que crece con uno más ,en muchos caso,s y a veces hasta en dos miembros... si se desea con muchas ganas y si por el medio hay algún crío.
Me refiero a los animales de compañía, perros, gatos, pájaros, pero principalmente los dos primeros que son los que más abundan. Un buen día, uno de los que forman la familia decide que es el momento de llevar un perro o gato a su hogar (cómo cuando se decide si se va a tener un hijo y se ven y estudian todos los pros y contras, así cómo si es el momento adecuado). Y una vez tomada la decisión, se comienza la búsqueda del animal perfecto para que les acompañe en sus vidas. Lo que estas personas no saben es que estos animales llegarán a formar parte de sus vidas hasta puntos inimaginables. Se comportarán cómo uno más de la familia, apropiándose de las formas de actuar y de las rutinas de la familia, con lo que cada día que pase se ve al animal, no ya cómo lo que es, sino mas bien cómo una persona que convive con nosotros y que casi tiene voz y voto en todo lo que se refiera al funcionamiento de la casa y de la familia.
Actualmente yo no tengo ningún animal en mi casa a excepción de mi mismo, pero los he tenido durante mucho tiempo, por lo que sé de lo que estoy hablando.
La única cosa que me gustaría decirles, cuando se planteen tener un animal en sus casas es que sepan que como les he dicho son cómo las personas y requieren de los mismos cuidados que nosotros mismos y que se ponen enfermos igual que nosotros, por lo que es habitual que nos encontremos con situaciones en las que se sufra, porque se les coge muchísimo cariño y no nos gustará verles sufrir.
Yo siempre he dicho que si se tiene un animal en casa es para tenerle en condiciones y si no, es mejor que nos estemos quietos y sigamos nuestro camino solitario, sin poder disfrutar de la compañía y cariño desinteresado de estos seres que nunca piden nada a cambio a no ser un poco de cariño.

Las casas

jueves, 11 de febrero de 2010
Dice la Constitución que todos tenemos derecho a una vivienda digna y estoy totalmente de acuerdo, pero no siempre es tan sencillo llegar a tener una, dado el precio que alcanzan en el mercado inmobiliario.
Por otro lado, creo que ésto hace que valoremos más nuestra vivienda, ya que nos cuesta mucho pagarla y nos lleva gran parte de nuestras vidas acabar con la dichosa hipoteca que nos acompaña cual perro fiel en las buenas y en las malas.
Pero vayamos al meollo de lo que quiero decirles. Tengo la impresión de que las casas tienen sentimientos y memoria propia. Llámenme sentimental, pero si lo piensan bien en ella vivimos muchas experiencias inolvidables y tengo la impresión de que todo queda grabado en las paredes, cual pintura fijada a las mismas.
Yo he visto a mi casa desnuda, enseñando todas sus vergüenzas, la he visto desde los pilares hasta que ya estaba terminada por completo. Pero ese no es el fin de las casas. Me refiero a cuando ya la han terminado. Luego llegamos los propietarios, las vestimos, las decoramos, las transformamos. Ellas, a veces, nos lo agradecen mostrándose muy guapas, presentándonos su mejor cara. Otras veces, como las personas, se quejan, hacen que nos fijemos en ellas, ya que se muestran débiles dándonos algunas señales, cómo averías y pequeños desperfectos. Lo hacen para que sepamos que están ahí, que no nos olvidemos de ellas, que también tienen su mantenimiento y que hay que cuidarlas como a las personas mayores. Hay que ir mimándolas poco a poco, para que no se quejen y ya verán cómo ellas se lo agradecen, mostrando su mejor cara.
En el interior de una casa se viven momentos felices y tristes. Se va incrementando la familia. Ellas ven como vienen visitas y como no. A todas les enseñamos nuestras casas porque estamos orgullosos de ellas.
Yo estoy muy contento con mi casa y de como cuida de mi familia. Intento hacer todo lo posible para que se encuentre feliz, poniéndola todas las cosas que yo creo que la mejoran.
Nuestra casa no es sólo un lugar donde vivimos, más bien es donde se queda el recuerdo impregnado en sus paredes de lo que es el día a día de nosotros mismos.
Cuiden sus casas, que son uno más de la familia.

Los miedos de los coches

sábado, 6 de febrero de 2010
Los conducimos, los sobrecargamos, los mimamos, los tuneamos, los elegimos o, ellos nos eligen a nosotros, el caso es que tenemos una relación muy especial con esos seres que tienen sentimientos hacia nosotros, sus dueños.
Cuando los compramos por primera vez, huelen a algo que nos hace sentir especiales, huelen a nuevo, luego se va desvaneciendo ese olor y decidimos recuperarlo mediante ambientadores que, lo que hacen es estropearlo un poco más, porque nunca en la vida recuperará ese olor primero. Bueno, creo que el coche entiende que lo hacemos para que cuando alguien se suba en su interior, hable bien de ellos. Es curioso, pero cuanto peor es el coche o, más barato, mas nos empeñamos en ponerle pegotes. Yo me imagino a esos pobres vehículos pensando: ¿Por qué no te pones tú eso en tus…?
Si los coches hablaran, cuantas historias podrían contarnos, acerca de los novios que se van conociendo poco a poco en el interior de ellos, de las primeras discusiones sobre multitud de temas, de los golpes en el interior de los mismos por diversas circunstancias, de los primeros arañazos en el exterior por ser novato y no controlar mucho acerca de la conducción, de cómo van cambiando los gustos musicales, según va el propietario teniendo más edad, de ese primer niño que hace que el coche tenga una responsabilidad añadida, que es la de cuidar de que no le pase nada a esa criatura.
Lo curioso es que, al principio, los primeros años, siempre estamos muy contentos con nuestro coche, pero, llega el día en que el pobre empieza a sufrir unos pequeños achaques, y bueno, no le damos mucha importancia, le solemos llevar al médico para que le cure, porque al fin y al cabo es uno más de la familia. Según pasan los años y él mismo va viendo cómo va empeorando, se pregunta si podrá seguir llevando a sus propietarios a todos los sitios. Se empieza a preocupar cuando tiene que ir a un sitio en que le hacen pasar una serie de pruebas. La primera vez no hay problema pero,según pasan los años, le cuesta más pasarlas y, como siempre que le toca ir a esas pruebas, se encuentra con otros coches que le hablan de que hay algunos a los que ya no se les ve "por ahí", entonces se empieza a preocupar, y empieza a sufrir, pensando en el momento en que él tampoco vuelva para pasar las insufribles pruebas en que le retuercen de arriba abajo, y luego pretenden que no le pase nada.
¿Alguien se ha parado a pensar en lo que pensarán los coches, cuando ven a alguno de sus compañeros en algún arcén, destrozados, llenos de golpes, con las lunas rotas y las puertas destrozadas? Yo me imagino que sufrirán mucho y lo peor de todo es que no les dejamos que se acerquen a interesarse por sus amigos.

Recuerdos de un maltrato

martes, 2 de febrero de 2010
La historia trata de cómo una persona tiene el mismo sueño día tras día acerca de un suceso que creó su mente y que nunca llegó a pasar, pero que sí está relacionado con el hecho de que su madre sufriera malos tratos por parte de su padre. El sueño siempre comienza de la misma forma.
Se ve a sí mismo saliendo de su casa en un barrio obrero de una gran ciudad, acompañado de su madre. Él ronda los doce años y se le ve muy orgulloso de estar junto a ella. Sólo ellos dos saben por lo que han pasado hasta llegar allí; y sobre todo ella, la que más le tuvo que sufrir.
Caminan hasta la Casa de Campo para tomarse un refresco en una de las terrazas que coronan el Lago y desde las que se puede ver a la gente disfrutando de un día soleado , remando, o paseando alrededor del mismo.
Todo transcurre con normalidad hasta que el hijo se percata de la presencia de una persona que no debería estar allí y que pone en peligro a madre e hijo.
Sin perder tiempo se levanta de la silla y le grita a su madre que corra a protegerse, que huya y que no se detenga, ya que él no puede, por mucho que intente moverse de donde se encuentra. Era como si el destino le obligará a enfrentarse a su padre para poder liberarse de esas ataduras morales que no le permiten hacer una vida normal.
Una vez la madre está a salvo llega el fatal desenlace en el que el hijo se enfrenta al padre golpeándole hasta que se despierta en su cama empapado de sudor con el corazón latiéndole desbocado como un caballo a galope.
Un buen día, el chico se da cuenta de que hace mucho que no tiene ese sueño y cae en la cuenta de que coincide con que ,ese tiempo, es el mismo que hace que falleció su padre.
Por fin descansan en paz , tanto la madre como el hijo.
FIN

El trato en los hospitales

Me gustaría empezar este artículo deseándoles que nunca tengan que ir a un hospital, o centro sanitario, pero tengo claro que eso no va a pasar, pues tarde o temprano tendremos todos que pasar por allí a hacernos alguna revisión de kilómetros.
Sé que es incidir en lo mismo de muchas otras veces, pero no puedo dejar de comentaros lo bien que nos iría a todo el mundo si en esos puestos de trabajo, especialmente, hubiese personas que amaran su trabajo.

Yo entiendo que debe ser complicada la administración de un hospital y que se intenta recortar costes por todos lados, para que todas las personas de este país, podamos seguir disfrutando de la ”sanidad gratuita" pero al margen de todo ésto, creo que los pacientes nos sentiríamos menos agraviados si, cuando llegáramos al hospital, recibiéramos suficiente información de lo que nos pasa, del tratamiento a seguir, del por qué de las "esperas" y ,sobre todo, de si las personas que nos atienden transmitieran seguridad y amabilidad hacia nosotros.
La sanidad está colapsada, pero hay cosas que no se explican, como es el hecho de que intenten derivar enfermos hacia otros hospitales, y luego te enteres de que tienen habitaciones y camas libres en el que has optado por acudir.
Probablemente tengan sus explicaciones y muy convincentes,¡seguro! pero ¡que trabajo les cuesta dar una serie de explicaciones! para que todos quedemos contentos y, lo más importante, "el enfermo", que es el que realmente necesita una respuesta a sus problemas.
No quisiera olvidarme de todas esas personas que trabajan en el ámbito sanitario y que, a mi modo de entender, no se merecen esos puestos (que yo entiendo que deberían ser para personas que, aparte de estar cualificadas, sean personas que amen el dispensar un trato de amabilidad y cariño hacia los enfermos). Hablo con conocimiento de causa, ya que he trabajado en la sanidad y he podido comprobar y asustarme del trato que se dispensa a los enfermos.
El mensaje sería, si no tienes vocación, ¿a qué vas? ¿a putear a los demás?

Mi blog

Lo que pretendo con este blog que he creado o, más bien me han ayudado a crear, es que sea como ese diario que nos compramos cada día, como ese cupón que anhelamos nos toque para poder tapar algunos agujeros, como esa cita que se tiene con un amigo para tomar un café al abrigo de alguna cafetería bulliciosa, en la que poder expresar nuestros sueños y preocupaciones.
He de reconocer que cuando mi amigo Ángel me propuso que escribiera en un blog, yo que nada entiendo de informática y derivados, le dije que tenía un montón de blocs de notas en casa, y él, riéndose, me explico a lo que se refería con esta herramienta que hoy en día utilizo casi a diario para llegar a vosotros.
Pues, a lo que iba, que me encantaría que se pusieran todos como favoritos en sus ordenadores este blog, para poder así compartir con vosotros todas mis inquietudes y que, si es posible me deis vuestra sincera opinión acerca de lo que escribo, que al fin y al cabo lo escribo para vosotros y de paso le echo una mano al gobierno para arreglar un poco las estadísticas acerca de que la gente lee poco en este país.
Sucesivamente iré poniendo más artículos en referencia al deporte y a los niños. Tengo la intención de escribir un artículo semanal al respecto, dado que los deportes ocupan una parte importante de nuestras vidas, bien sea practicándolo, bien viéndolo por la tele o, escuchando la radio; y qué decir de los niños, que cada día nos sorprenden con sus frases acerca de cómo ellos entienden la vida.
Bueno, me despido de vosotros, amigos, con un fuerte abrazo y esperando que disfrutéis de mis artículos.

Las llamadas comerciales

Les habrá pasado más de una vez, que estando en casa o en el trabajo, recibimos llamadas comerciales, que "a uno" de la sensación de que es una persecución para hacerse con clientes nuevos.
Es posible que si aceptamos que nos informen acerca de su producto, estemos cometiendo un grave error y me explico. Un día se me ocurrió aceptar la llamada de una de esas empresas de banda ancha.Yo ya tenía contratada una con otra empresa, pero bueno por escuchar, pensé no pasa nada, y ahí está el error, porque cuando acabas la conversación es cuando vienen los problemas. Si resulta que por un casual tú has mostrado cierto interés en lo que te están contando, ellos lo que entienden es que es mejor que por su cuenta te den de baja en la operadora con la que estás trabajando y que te den de alta con la suya. Así que un buen día, cuando vas a conectarte a internet, descubres que no puedes y claro, llamas a tu empresa de toda la vida, con la que estás contento y descubres que te informan de que no eres cliente suyo y de que perteneces a otra compañía.
Y yo me pregunto, ¿acaso yo he dado el consentimiento para que se me cambie de compañía o a alguien de la operadora con la que estoy trabajando no se le puede ocurrir llamar a ese abonado, que por lo visto se está yendo con la competencia? Creo imaginar el por qué de esta desidia. Seguramente es porque ellos hacen exactamente lo mismo con los clientes de las demás operadoras.
Y bueno, hoy en día estoy con esa compañía, que sin mi autorización me dieron de alta con ellos, porque todos sabemos lo complicado que es darse de baja de una de estas empresas, pero lo curioso del caso es que un día recibí una llamada telefónica de mi anterior operadora preguntándome si quería cambiarme y ese fue mi día, porque me desahogué cantándoles las cuarenta y diciéndoles lo poco que les importó que otra compañía hiciera estas prácticas en sus propias narices y la poca información de la que disponen los operadores, que llaman a los potenciales clientes , sin ni siquiera tener conocimiento de que ya habían sido clientes suyos.
Esto que cuento y que es cierto, tengo conocimiento de que les ha pasado a más personas, así que mi recomendación es que no se acepte hablar con estas empresas, que, por otro lado, siempre llaman con números ocultos, a no ser que tengamos claro que queremos algo de ellas.

Estábamos Perdidos

Pues sí amigos, hemos estado perdidos. Ha llegado el momento tan deseado y es hora de que dejemos todo lo que tengamos que hacer y dediquemos todas nuestras fuerzas a algo que nos lleva a sumergirnos en un mundo diferente, que hace que cada uno de nosotros queramos ser uno de los protagonistas de esa serie tan famosa que es PERDIDOS. Es increíble lo que ha podido enganchar a la gente de todas las edades.
Un buen día alguien te la recomienda, y tú, que generalmente has visto alguna parte de algún capítulo suelto, claro como no te enteras de nada, pues acabas diciendo lo mismo que dicen todos. "La he visto pero es que no se de que va, parece un poco liosa". Y claro que es un lío, no te enteras de nada, ni cuando la estás viendo día a día, y capítulo tras capítulo.
Tu pareja te dice que estás loco, que cómo es posible que estés tan metido en la serie, que aún siendo fumador, ni siquiera te levantes a fumar y de lo único que tienes ganas es de poner otro capítulo y otro. Lo reconozco, he llegado a verme ocho capítulos seguidos, sin levantarme del asiento, es peor que la nicotina.
Tengo que decir que soy culpable, lo reconozco, he hablado de la serie con muchas personas a las que he hecho adictas, que deberían encarcelarme. Eso sí, que me dejen ver la última temporada, por favor.
A todos los que son fans como yo, les habrá parecido que no veían el día en que la estrenaran, y yo.. hablando como "Sahid Yarrar" con todo el mundo...y la gente mirándome como si estuviera loco, pero luego descubres que a esas personas a las que les has metido la serie por los ojos, se han enganchado a la misma y descubres lo bello que es tener cosas en común con otras personas.
Ahora, la gran duda, al margen de todas las que nos ha generado la serie y que esperemos que estén a la altura para poder satisfacer todas nuestras preguntas acerca de lo que ha ido ocurriendo a lo largo de estas últimas cinco temporadas. ¿La vamos viendo capítulo a capítulo?, o por el contrario, esperamos hasta que se acabe y la vemos de un tirón en un par de días.
Yo soy partidario de lo segundo, pero he de reconocer que se me va a hacer muy difícil, teniendo en cuenta que todo el mundo va a estar haciendo comentarios de cada capítulo que hayan visto y es muy difícil hacer oídos sordos al respecto de este tema.
Y, otra duda que me corroe. ¿Cuánto tiempo vamos a tener que esperar para salga otra serie como esta?, porque estarán de acuerdo conmigo en que el tiempo que hemos estado esperando a que pongan esta última temporada, las series que hemos visto, no han llegado -ni por asomo- a satisfacer nuestras necesidades.
Un saludo para todos los DHARMAADICTOS.

El césped

sábado, 30 de enero de 2010
¡Qué bonito es el césped! Uno se compra una casa en la que tienes oportunidad de poner algún árbol, alguna plantita y como no, el tan deseado césped.
Y empezamos a hacernos ideas sobre cómo vamos a jugar encima de él, cómo vamos a tumbarnos después de darnos un chapuzón en la piscina y cómo disfrutarán los niños jugando en el tan deseado césped. Pero él tiene otros planes distintos de los que tenemos nosotros. Él tiene pensamientos malignos y su fin es hacernos la vida imposible. Tú empiezas con muchas ganas preparando el terreno, echándole un buen abono, rastrillando la tierra, quitando todas las malas hierbas, poniendo redes para que los pájaros no se coman las semillas y regándolo con suficiente agua. Nos ponemos día tras día a observar el terreno a ver si empieza a salir algún pelillo, alguna brizna verde y nos empezamos a desilusionar viendo, que sí, efectivamente sale, pero no por igual en todas las zonas... y ahí empieza la guerra entre el césped y nosotros. Se lo comentas a amigos y vecinos y, claro, como no, cada uno te da su receta; y pruebas todas esas recetas con la esperanza de que tengan razón y pensando que ellos sí entienden y que tú, no.

Pero después de probar todos esos remedios que te han dado, que si "echa tal o pascual abono", que si "necesita que lo riegues más", que si "pon tepe" (que es ese césped que ya viene crecido y enrollado y que sólo tienen que extenderlo y unirlo). Ésto hecho por profesionales y aún así tampoco funciona. A la semana vas viendo cómo se va quemando "el mamón", y tú echándole agua y más agua. Y ves que empiezan a salir setas, cardos, malas hierbas, entonces decides quitar el tepe y sembrar trébol enano, que te han dicho que no necesita mantenimiento ninguno, apenas un poco de agua, y descubres que, efectivamente, va saliendo pero como el césped ...no sale igual por todos lados! y  al mismo tiempo sale junto a ese césped.Y luego está el trébol enano que tú has visto cómo lo tienen en los parques públicos y lo bonito que hace cubriéndolo todo y apenas levantándose unos centímetros del suelo. Pero resulta que al tuyo le ha dado por crecer y ser el hermano mayor de su puñetera familia, y llega casi hasta la rodilla.
Y cómo no, todos tus vecinos alucinando con esa mezcla de césped, trébol y calvas por doquier, y todos diciéndote que no tienes ni idea y que a ellos no les cuesta nada tener el suyo en buen estado. Pero claro después de estar luchando durante siete años uno aprende de la situación y descubre que existe una cosa que se llama césped artificial y que hace que tengas la parcela perfecta y siempre verde, y llegan tus vecinos y empiezan a confesarse sobre sus parcelas y a decirte que están hasta las narices del trabajo que dan y que si les puedes enseñar ese césped artificial, que ellos también lo quieren poner.
Ahora estamos a punto de montar una tienda de maquinaria de segunda mano relacionada con el césped y que nunca más volveremos a utilizar.

La regla de tres

miércoles, 27 de enero de 2010
En estos días he podido comprobar y no con poca preocupación, al tener que ir a hacer unas gestiones al banco, que parece ser que no es necesario que las personas que trabajan en las sucursales bancarias, tengan necesidad de conocer como se hace una simple regla de tres.


Me explico. Al explicarles que necesitaba averiguar qué tanto por ciento me correspondía de un dinero, ellos se limitaban a ofrecerme la calculadora de la entidad para que sea yo el que haga la operación, no vaya a ser que ellos se equivoquen y al meter la pata, luego se lo echemos en cara. Digo esto preocupado porque me ha pasado en dos sucursales del mismo banco y en los dos sitios se limitaron a ofrecerme la mencionada calculadora para que yo haga el cálculo, informándome de que es para que ellos no les genere ninguna consecuencia negativa del tipo de una queja por parte de los clientes.
Ahora yo me pregunto. ¿Qué pasaría si la persona que quiere hacer la misma operación es una persona con escaso nivel de matemáticas básicas y nulo conocimiento de lo que es una regla de tres? Me imagino a esa persona saliendo de la sucursal sin poder haber hecho lo quería y con la sensación de, ¿en qué manos está nuestro dinero, que una persona que trabaja en la banca no sabe hacer la mencionada operación?
Me imagino los requisitos que se piden para entrar a trabajar en un banco: "Se necesitan personas que puedan vender cualquier producto bancario, con don de gentes, que quieran cobrar poco, pero no necesariamente con conocimientos de cálculo matemático".
Luego está la falta de seriedad por parte de estas personas que, cuando te dicen mañana te llamo y de digo algo acerca de…, pues eso que nunca te llaman y eres tú que estando nervioso, porque no te llaman te tienes que molestar en estar llamando a la oficina bancaria y casi siempre recibiendo la misma respuesta: “En estos momentos no está, ha tenido que salir a no se donde , pero cuando llegue le digo que le llame”. Claro y tú pensando que sí, que cuando llegue te llamará.
Háganselo revisar por favor, que su activo más importante son sus clientes.

La rutina

Es increíble lo que nos puede afectar el no hacer las cosas del día a día siguiendo unos patrones.
Estamos acostumbrados a seguir unos pasos en un orden determinado desde que nos levantamos, hasta que llegamos al trabajo, colegio o donde quiera que tengamos que ir cada día al levantarnos.
Generalmente cada uno de nosotros tenemos una manera de hacer las cosas en un orden de prioridades. Nos acostamos cada día, pero sabemos que al levantarnos seguiremos la rutina de nuestros actos, como siempre.

Cada uno tiene sus formas de hacer las cosas. A mí me gusta levantarme, ducharme, desayunar si estoy librando, pero con un cacao, ya que cuando trabajo nunca tomo cacao en casa y lo que me apetece es café, y además fuera de casa. Siempre que trabajo, nunca desayuno en casa, sencillamente por esas rarezas que tenemos cada uno de nosotros.
Es como determinados platos de comida, que sólo se comen fuera de casa porque se desspierta unas ganas extrañas de comer algo que de otra manera no nos comeríamos en nuestra casa.
Pero a lo que voy es a que si un día de esos en que por cualquier motivo se nos cambian esos hábitos de conducta estamos perdidos. Nos sentimos extraños, acelerados, enfadados, y todo porque nos han descuadrado los tiempos que destinamos para cada una de esas tareas diarias.
Puede ser que nos hayamos quedado dormidos, se nos haya roto el coche, una llamada de teléfono o cualquier otra cosa que haga que no sigamos con nuestra rutina.
Mi consejo para cuando nos pase esto, es tomárnoslo con mucha tranquilidad y de ahí el dicho de “vísteme despacio, que tengo prisa”.

El ruido

lunes, 25 de enero de 2010
Yo no sé si cuanto mayor se hace uno, más le molestan las cosas de los demás, al menos a mí me lo parece.
Llevo ya bastante tiempo quejándome del ruido que generan otras personas a las que les tiene sin cuidado el perjuicio que puedan causar a terceros.


Por ejemplo cuando llegan las fechas en que todas las poblaciones celebrar sus fiestas y se hacen conciertos por doquier. Parece que a nadie le preocupa que al lado de donde se esté celebrando el evento de turno pueda haber personas que estén enfermas, niños durmiendo, animales a los que los ruidos les vuelven locos, y que en el caso de los perros pueden que les hagan estar ladrando toda la noche y que, de paso, todos sus vecinos tengan que sufrir las consecuencias. Puede haber personas moribundas, a las que no creo que se les este teniendo el debido respeto. En fin tampoco pretendo que las personas cambien, aunque me gustaría, pero he podido comprobar que cada vez que le hago alguna reflexión a alguien sobre esto, siempre me encuentro con la misma respuesta y es que para una vez que son las fiestas al año, nos tenemos que aguantar, como si las personas que he dicho antes se tuvieran que poner enfermas en otras fechas distintas para no aguar la fiesta a los demás.
Es un problema como casi siempre de educación y de respeto hacia las demás personas. Yo me pregunto: ¿no sería conveniente celebrar todos los conciertos en algún sitio retirado donde no se moleste a nadie y donde todo el mundo pueda disfrutar de la fiesta?
Me hace mucha gracia las normativas sobre ruido que se hacen y luego uno se pasa todo el día viendo como se la saltan a la torera todo el mundo.
Por ejemplo, llega el verano, ese tiempo en que muchos de nosotros abrimos las ventanas para dormir por la noche con un poquito de fresco , ya que la casa es un horno y no es plan dormir con el aire acondicionado, y siempre tenemos el mismo problema, llegan los motoristas con esas votos haciendo ruido por el tubo de escape y se pasan toda la noche pasando por delante de las casas para con el ruido que hacen ayudarnos a dormir.
Como siempre es tema de educación, porque si los padres de esos chavales les enseñaran que hay que respetar el descanso de los demás otros gallo nos cantaría, pero que pretendo, si seguro que los padres han ido a comprarles la moto a la tienda y seguramente los padres cuando fueron jóvenes hicieron algo similar.
Espero haberles tocado la fibra sensible.

Las ofertas

Se habrán fijado que últimamente estamos rodeados de ofertas por todos lados. Eso está bien, sobre todo para los compradores compulsivos, o que como yo les encanta ir de compras.

Hablando de compras, les voy a dar un consejo a todos los hombres que, cuando van a las tiendas sobre todo de ropa y complementos, con sus parejas, acaban generalmente discutiendo, ya que tenemos un gen, que ellas no poseen y que nos hacer discutir con ellas siempre que tenemos que soportar una larga jornada de idas y vueltas por las shops. Mi consejo es el siguiente. Cojan a sus parejas y enciérrenlas en un vestidor. Ustedes vayan llevándoles prendas de cinco e cinco, para no saturarlas y de ese modo no tendrán que marearse siguiéndolas por todos los percheros.
La cosa es clara, creo que a todos sabemos cómo nos gusta ver vestidas a nuestras parejas, pues entonces es tan sencillo como que nosotros les elijamos las prendas con las que queremos verlas vestidas.
Bueno que me estoy saliendo del tema. Es curioso que encontremos productos tan rebajados, aunque por otro lado es normal, debido a la crisis; pero esto no les influye al tipo de personas a las que me quiero referir en este artículo. Digamos que hay personas que, como yo les da igual las ofertas que haya, porque generalmente nunca nos fijamos en p0recio de las cosas a no ser que sea algo excesivo. Y luego hay otro tipo de personas que viven siempre pendientes de las ofertas que hay en todos los sitios.
El otro día conocí a una de estas personas que, es capaz de comprar en un supermercado y llenar el carro por tan solo 30 euros. Claro que me imagino que tener que estar pendiente de todas las ofertas que salen en todas las tiendas tiene que llevar mucho tiempo, aunque con internet hoy en día todo se agiliza mucho más. Pero lo de ésta persona en concreto es de película, ya que es capaz de ir a la típica charla que te dan en algún lugar costero, para ver si te venden un apartamento, sólo porque te regalan una cámara de fotos o, capaz de comprarse algo que sea 2x1, aunque no lo necesite para nada. Por ejemplo dos canoas aunque nunca vaya a ir a ningún río, pero bueno estaban de oferta y nunca se sabe si las vas a necesitar.
Y yo pensaba que era un comprador loso. Me he quedado loco al lado de esta persona, que prefiero no nombrar para que todo el que tenga una tienda no se lance a venderlo todo lo que tiene con la excusa de que van hacer ofertas.
Tengo que reconocer que gracias a este tipo de personas te enteras de auténticos chollos y que yo he podido aprovecharme de algunos de ellos.
Gracias.

Los manitas

sábado, 23 de enero de 2010
Creo que se va perdiendo eso de que las personas procuremos arreglar las cosas del hogar por nosotros mismos. Hubo un tiempo en que todo lo que se tenía que hacer en casa, en la finca, en el coche, generalmente lo hacía uno mismo. Hoy en día nos hemos acostumbrado, aunque paguemos por ello a llamar a alguna persona para que realice esos trabajos, que por otra parte si pusiéramos un poco de nuestra parte, podríamos hacerlos nosotros mismos y ahorrarnos mucho dinero. Al margen de la satisfacción que da ver el trabajo realizado y terminado por nosotros mismos.
Además, tengo la impresión de que generalmente quedaría mucho mejor, dado que es para nosotros.

Entiendo que hoy es difícil hacer determinadas cosas, ya que, por ejemplo los coches cada vez los fabrican con mayor tecnología y es imposible siquiera cambiar una bombilla, pero estoy convencido de que hay muchas otras cosas que sí podemos hacerlas y además pongo como ejemplo mi caso.
Como me dijo mi madre una vez: “Tú no tienes vergüenza; te has pasado toda la vida viviendo en casa sin cambiar una bombilla y ahora no paras de hacer cosas en la tuya”.
Y hablando de manitas, me viene a la mente un amigo mío, les sonará de uno de esos que me hace algún comentario y que firma como “el estirao”. Lo de este chaval sí que es digno de estudiar en los colegios. Se ha fabricado su casa casi entera, pone cosas en la casa, que ni siquiera, fontaneros, albañiles, o electricistas, son capaces de poner. Se ha construido un coche todoterreno comprándose dos y se ha ido con él Mauritania y ha sido capaz de volver. El tío está todo es día inventando cosas, pero ahora en serio, no es necesario llegar a los límites de mi amigo para ahorrar dinero.
En serio amigos, yo sé que al principio cuesta, pero con un poco de ganas y herramientas por doquier todo se puede hacer y además vuestras mujeres os lo agradecerán.
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