Los que vivimos en Madrid no tenemos muchas oportunidades de disfrutar de la nieve, de modo que cuando cae una nevada como la de ayer, salimos todos a jugar y a participar de juegos con los niños.
Es curioso el efecto que produce una nevada en una ciudad como ésta. La ciudad se paraliza ya que no estamos preparados de ninguna manera. Es lógico, teniendo en cuenta que nieva una vez al año o cada más tiempo. Se cortan las carreteras, el aeropuerto lo sufre también teniendo que cerrar pistas y acumulándose los retrasos, los repartidores no pueden llegar a tiempo a realizar sus trabajos, pero luego tenemos el otro lado de la cara en el que los padres que no han podido ir a trabajar disfrutan con los hijos saliendo al parque y juntándose con los vecinos. Todo es alegría y diversión. Se cuentan anécdotas y chascarrillos, y se hacen fotos los unos a los otros.
Es un momento muy especial que se comparte con los hijos y con los amigos.
Me despido de vosotros, deseando que vuelva a nevar lo más pronto posible para que podamos tirarnos unas cuantas bolas, nos empapemos y nos acerquemos a la chimenea para secarnos tomándonos un chocolate caliente.
Lucy y una tarde en la cocina
Hace 13 años
2 comentarios:
Yo no tengo la suerte de tener niños (todavía) pero me apunto al chocolate en casa de Oscar ...
yo también me apunto a ese chocolate. Aunque la próxima vez no tendré excusa, me he comprado cadenas!!!! (las devuelvo??)
Fdo. Mónica Fernández
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