El aeropuerto es un sitio muy curioso en el que se encuentran todo tipo de personas y en el que puedes ver el funcionamiento del mismo o mejor dicho lo mal que funciona.
Es un poco un reflejo de lo que es nuestra sociedad y parte de otras sociedades de otros países.
Estás allí parado observando cómo se desenvuelven las personas y lo torpes que nos volvemos cuando tenemos que enfrentarnos a un mostrador para facturar el equipaje, recogerlo de la cinta o simplemente dirigirnos a alguna de las cafeterías que habitan en el mismo. Nos volvemos muy torpes y sobre todo se nota en personas que en sus profesiones son muy buenos y que tienen importantes responsabilidades.
Tema aparte merece lo mal que funciona el aeropuerto. Por ejemplo, si uno quiere enterarse estando en la planta de llegadas de los vuelos, que tal viene el de la persona que esperamos, pues se da la circunstancia de que deberíamos bajarnos a la planta del metro, puesto que a nadie se le ha ocurrido poner suficientes pantallas para que quepa toda la información en las mismas, pero si las han puesto en la planta del metro. Es muy útil, porque si uno va a verlas es posible que la persona que esperamos salga en ese momento y se vaya pensando que allí no ha ido nadie a buscarles.
Tema aparte para el precio de las consumiciones en las cafeterías y tiendas del aeropuerto en las que sistemáticamente nos atracan día tras día a los que tenemos que pasar largas jornadas en el mismo. Se da el caso de que pide uno un café y un bollo y te cobran casi 5 euros. ¿A alguien se le ha ocurrido pensar que al aeropuerto van personas mayores que necesitan sentarse en algún asiento?. Lo digo porque se han empeñado en quitar todas los asientos de todas las terminales; y por favor alguien que piense que los conductores de gran turismo necesitan zonas de parking gratuita en las terminales 2 y 3, para recoger a los clientes y no tener que llevarles andando hasta la terminal 1. ¡Y luego decimos que queremos al turismo!. Pues tratándolos así van a irse a otras ciudades donde no se les pongan tantos impedimentos, ya que para eso pagan, no para que desde que aterrizan tengan que empezar a hacer gimnasia para poder llegar al coche que han pagado para que les lleve a su hotel.
Lucy y una tarde en la cocina
Hace 13 años
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