La vida va pasando. Llega un momento en que se encuentra una pareja con la que se empiezan a compartir momentos y vivencias. Se va rellenando cada una de las habitaciones de ese hotel con todo tipo de experiencias. Se empieza por el hall del hotel y así sucesivamente se va completando hasta llegar a la parte destinadas a las habitaciones donde todo da un giro brusco y la pareja empieza a plantearse el que ocupen esas habitaciones con otro compañero de viaje.
Y claro está, llega el día más feliz de sus vidas. El día en el que todo lo que han ido hablando sobre cuando llegara ese momento se queda corto, porque ese momento es lo más grande que uno pueda nunca imaginar. Lo reconozco. Yo lloré y volvería a llorar.
Tengo que decir que todo lo que uno piensa acerca de lo que haremos para educar a nuestros hijos, lo bueno que tiene es que es él como te va indicando como tienes que hacerlo, y eso es lo mejor del mundo porque vives momentos inolvidables.
Especial mención quiero hacer a todas esas madres y padres que vivieron esos momentos con nosotros, sus hijos y que gracias a ellos somos como somos. Gracias.
Espero que os toque la fibra sensible.
Lucy y una tarde en la cocina
Hace 13 años
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